ABSTRACT
El objeto de este estudio fue investigar los efectos a largo plazo, de la actividad física de alto rendimiento en las concentraciones plasmáticas de lípidos y lipoproteínas. Se estudiaron 91 atletas jóvenes: 70 hombres y 21 mujeres, que practicaron deportes como pista, natación, remo, box y futbol soccer. El grupo control incluyó 101 sujetos sanos, 77 hombres y 24 mujeres, con estilo de vida sedentario. En los atletas del sexo masculino, los valores promedio de colesterol total (CT) (p < 0.04), colesterol de las lipoproteínas de baja densidad (C-LDL) (p < 0.04) y el índice aterogénico (p < 0.01) fueron significativamente más bajos, y el colesterol de las lipoproteínas de alta densidad (C-HDL) (p < 0.05) fue significativamente más alto que en sus controles. Las concentraciones medias de lípidos y lipoproteínas no fueron estadísticamente diferentes en las mujeres deportistas al compararse con sus respectivos controles. Tanto en los hombres como en las mujeres atletas de las cinco disciplinas deportivas, se encontró que las prevalencias de hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia y valores bajos de C-HDL, fueron menores que en los sedentarios. Sin embargo, solamente la hipercolesterolemia (p < 0.05) y el índice de riesgo aterogénico (p < 0.01) fueron estadísticamente diferentes. Estos resultados indican que los atletas con actividad física aeróbica, se caracterizan por tener valores plasmáticos bajos de TG y altos de C-HDL, lo que confirma los resultados de la literatura; además, observamos que en los atletas del sexo masculino, el ejercicio a largo plazo parece disminuir la concentración del C-LDL. Este último hallazgo concuerda con muchos, pero no todos, los estudios de la literatura. Se concluye que los atletas tienen un perfil de lípidos que pueden ser protector contra el desarrollo de aterosclerosis